"If you pay peanuts, you get monkeys".
Según tengo entendido
es una expresión norteamericana de los años 40’s, que vienen a decir que si
como empresario pagas un sueldo bajo, sólo contratarás a gente no
especializada, a gente del nivel del sueldo.
Podemos encontrar su
homóloga en castellano, tan rica en refranes y dichos:
“Tanto das, tanto
recibes”
Hace ya muchos años
escuche esta expresión en un curso de dirección de ventas que realicé.
Y posteriormente lo he
vuelto a escuchar reiteradas veces, siempre por quien no debería usarlo, o por
gente que acaba de descubrir la frase y se piensa que es de escasamente algunos
días o semanas de vida.
Después de años de que
me dijesen por primera vez la frase, explicando de forma sarcástica, amena e
instructiva las no-ventajas y las desventajas de este sistema de mentalidad,
hace unos 8 años volví a escucharlo en boca de un buscador de monkeys.
Un empresario que se
quejaba constantemente de no encontrar a técnicos especializados de informática
y vendedores, acorde con el nivel de su empresa.
A estos quería
pagarles el sueldo base estipulado por el gobierno (640,- €, si no mal
recuerdo), más un plus por trabajo finalizado, por lo que el técnico, un mes
bueno de trabajo bien hecho, se podía plantar en los 800,- € fácilmente, y el
comercial, con las “grandes” comisiones diseñadas “para que vendiese más”, se
podía plantar en los 900,- € ¡Un pastón!, según este empresario.
Está claro que hay a
quien no le entra en la cabeza de estos empresarios “de éxito”, que esto no va
a funcionar bien nunca, tanto para el empresario como para el trabajador.
Y está muy claro: los
que cobran estos sueldos de Cacahuete, no se sienten a gusto y se pasan el día
apuntándose a ofertas de trabajo más atractivas. Y el empresario se pasará el
día poniendo anuncios o buscando candidatos para reemplazar las previsibles
bajas.
Lo barato siempre sale
caro.
Alta rotación de personal
y mínima satisfacción laboral. Esto se traduce en un pésimo servicio y clientes
insatisfechos.
Y todavía el
empresario se preguntá qué habrá hecho para que le vengan gente con ninguna
ganas de trabajar.
Y lo peor de todo es
cuando se encuentra con un cliente que aun le parece caro su precio (que no
suele ser el más económico, aunque parezca contradictorio) y se decanté por la
competencia, soltando la frasecita de “este cliente quiere pagar con
cacahuetes, por lo que va a conseguir son monos”.
Pero lo peor es que en
estos últimos meses estoy viviendo un “Déjà Vu”, ya que volvemos a encontrar a
empresarios (los mismos no, que muchos de estos ya desaparecieron con la
crisis, curiosamente), que quieren volver a pagar con cacahuetes a los
trabajadores.
Y la excusa de ofrecer
cacahuetes es que “como hay crisis, los buenos trabajadores cogerán lo que sea
para trabajar”.
No será Papá Vader
quien ponga en duda si alguno tiene buena voluntad, (sólo alguno…), pero me da
la impresión de que a estos empresarios o a los responsables de RRHH se les
escapa un matiz, que suelen exigir para ellos, pero no quieren ofrecer a los
demás: Los trabajadores tienen el mal vicio de querer recibir un trato de
persona, de ser humano (faltaría más!!); quieren ganar el dinero que creen en
justicia para pagar unos excesos de sus vidas, como son la comida, la luz, el
agua, la vivienda,… y poder darese algún que otro gusto, como ir al cine.
Algo que el empresario
da por supuesto que él “lo necesita”, y que muchos de estos consideran que no
debe ser su empresa la que se lo soporte a sus trabajadores. Para eso que se
casen y que tengan un segundo sueldo, ¡que ya esta bien!
Pero esta forma de
pensar no lleva a buen puerto.
Pero esto es peor
cuando escuchas a estos empresarios, gurús de la economía laboral, ir diciendo
que son víctimas de una conspiración de la competencia, ya que les están bajando
precios para hacer que su empresa se hunda; o que no hay técnicos ni
comerciales que realmente quieran trabajar.
Pero no se plantean
que la buena competencia tienen precios que no suelen ser los más económicos
(pero tampoco los más caros), o que el nivel de sus técnicos es mucho más
elevado que el que él contrata (y, evidentemente, cobran un 25% más, como
poco).
Y que decir de las
retribuciones e incentivos, que suelen pasar de largo y mirando al tendido,
aduciendo aquella coletilla que aparece en muchos contratos de "según
convenio".
Con este tipo de
mentalidad, muy fácil para contratar y muy legal, no se dan cuenta que no
siempre es lo más adecuado, ya que conlleva un elevado riesgo de fugas de estos
trabajadores especializados.
La experiencia le ha
demostrado a Papá Vader que tener colaboradores valiosos, comprometidos, y que
quieran crecer contigo, tiene un precio, no excesivamente elevado para los
resultados posteriores que se conseguirán, ya que se amortiza pronto y su
empresa crecerá exponencialmente.
Lo contrario, racanear
en salarios, se consigue crear una plantilla de monos. Los buenos trabajadores
(los no-monos) hace tiempo que se han ido a trabajar a otra empresa, y los que
quedan son los que tienen un nivel de mono acorde con el sueldo de cacahuetes:
se pasan el día calentando la silla, mirando el facebook y comiendo los
cacahuetes.
Papá Vader