lunes, 13 de noviembre de 2017

LA DOCTRINA DEL SHOCK


Como la élite del poder de un país destruye la sociedad del bienestar…
Y se lo permitimos.

Hace pocos días, Naomi Klein pasó por Barcelona para presentar su nuevo libro, 'Decir no no basta'.

Es curioso que en estos momentos se haga una presentación de un libro con este título, justo en Barcelona.
Es curioso que desde Madrid no sólo no hayan dado resonancia al hecho, sino que lo poco que han dicho del libro haya sido para criticar de partidista y oportunismo esta presentación.
Es curioso que en ninguna televisión estatal ni periódico de español, se hayan hecho eco de este acontecimiento.
Es curioso que desde Barcelona se haya alabado este libro y se haya comparado con lo que pasa en España.

Es curioso.

Por ello, Papá Vader, ni corto ni perezoso, se ha puesto a indagar que es esto, y ha llegado hasta otro de sus libros, “La Doctrina del Shock”.

El título del libro no es gratuito, ya que esta doctrina realmente existe, desde los años 70.
Pero… ¿Qué es?

Dicho de forma sencilla y sin crear recovecos, la Doctrina del Shock es uno de los instrumentos del Neo-Liberalismo, que por medio del temor y la manipulación psicológica, nos imponen medidas extremas, en beneficio de las clases en el poder. 

Las políticas económicas han alcanzado tal importancia en países con modelos de libre mercado no por su popularidad, sino por los impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares con una facilidad terrorífica. 
Unos ejemplos fueron lo acaecido políticamente en el Golpe de Estado de Chile, la Guerra de las Malvinas, el 11 de septiembre, el Tsunami de 2004 en Indonesia, o la crisis del huracán Katrina, en los que se aprovecharon  con la intención de forzar la aprobación de una serie de reformas que de otra forma, impopulares, no habrían seguido adelante.

Esta doctrina de shock, puede ser utilizada para cambiar la forma de ver las cosas de los más vulnerables, el pueblo llano, mediante la desinformación y el reiterado machaque constante de la misma mentira “si cuentas muchas veces una mentira, acaba convirtiéndose en verdad”, dice un dicho popular.
También para cambiar la economía de un país, haciéndolo totalmente dependiente  de las leyes que imponga el estado.

En los años 70 esta doctrina fue impulsada por la CIA tras el Golpe de Estado de Pinochet, pero en la actualidad se realiza sin necesidad de violencia extrema en contra de los sectores más vulnerables de la población.

Las empresas han aprendido a sacar provecho de los desastres de cualquier índole. Y como Lobbies fuerzan a que sigan existiendo estos desastres en los países, en su beneficio.

Uno de los efectos más claros que se pueden ver rápidamente, es como partes de un país, aparentemente sin recursos económicos, se benefician de este estado de shock, prosperando a lujosas zonas residenciales, mientras que otras zonas del país, normalmente donde se genera mayor productividad, quedan con la decadencia de la infraestructura pública y la disminución de los ingresos.

El economista Milton Friedman (premio Novel de Economía 1976) describió así la táctica del capitalismo contemporáneo:
“Solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”.

Aquí en España el escenario de la Doctrina del Shock no lo provoca un golpe de Estado (Chile) ni una invasión ilegal con bombardeos masivos (Irak), ni una inundación de consecuencias catastróficas (Tsunami), sino la propia crisis económica. Es ella la justificación de la que se sirve el Gobierno -y sobre todo, los poderes económicos y financieros que auspician sus medidas- para abordar un tratamiento de choque económico que nos receta descargas eléctricas de forma continuada hasta provocar un cortocircuito en nuestra capacidad de respuesta o, dicho en palabras de Friedman, reacciones psicológicas que facilitan “el proceso de ajuste”.

El gobierno de España, con la excusa de responder contra la crisis, nos impone más crisis.
El objetivo es crear una modificación permanente a través de recortes drásticos en derechos y servicios sociales: Nada volverá a ser lo que era.
Últimamente no hay mes (incluso semanas), en que no nos vayamos a dormir con alguna nueva medida que rompe aún más nuestra posibilidad de vivir con cierta dignidad y bienestar.
No hay tiempo para asimilar.
La rapidez con la que se están acometiendo las ‘reformas’ impide una capacidad de reacción por la apertura de tantos frentes simultáneos.
Cuando se denuncia el desagüe por el que se nos esfuma la educación pública, nos comunican nuevos tijeretazos en la sanidad; cuando ponemos empeño en detener desahucios, se reforman las pensiones para devaluarlas.
Y así, un largo etcétera.

Ahora que el FMI vigila a España de cerca -con sus propios “hombres de negro”, para supervisar de cerca el rescate de la banca con nuestro dinero-, es interesante observar qué dice de nosotros.
El informe de agosto de 2015 destaca que “la situación política parece estable pero la tensión social podría comprometer el esfuerzo de reforma. El gobierno tiene una amplia mayoría y solo se ha enfrentado a disturbios sociales limitados”.
Y prosigue: “Pero el contexto económico ha reducido la popularidad de los dos principales partidos, lo que podría hacer que el apoyo público a nuevas y difíciles reformas fuera más complicado”.

Según comentó Naomi Klein “La respuesta de Rajoy a Cataluña es incendiaria, un ataque a la democracia”, afirma la periodista y activista en la presentación de su libro 'Decir no no basta' en Barcelona.

Al pasar los “disturbios limitados” a la declaración de independencia de Cataluña, el gobierno debe aumentaría la carga de electroshocks, con todo tipo de estrategias: mayor represión, medidas que crean más pobreza, e incluso mecanismos para hacer tambalear, desde dentro, a los grupos organizados.

Lo que ha pasado en España es una estrategia de shock deliberada, como la de Trump: lo prohíben todo para agravar el ambiente de crisis y así evitar que se fijen en los procesos legales de corrupción.

Según diferentes economistas y políticos independientes mundiales, indican abiertamente que la actuación del presidente Rajoy es el paradigma de la doctrina del shock: una respuesta incendiaria, un ataque a la democracia;
No aceptan esta respuesta ni la de la Unión Europea
La aplicación del artículo 155 debería retirarse
No se puede contrarrestar un movimiento no violento con la violencia que se dio el 1-O o arrestando a un gobierno.
Es un mal paso tanto para un gobierno como para una Doctrina de Shock que llegue a buen fin.


¿Y cómo se puede contrarrestar esto? Una de las vías es darse cuenta de lo que esta pasando y salir a la calle a reclamar nuestros derechos.

Demostrar que nos hemos liberado del Shock y no tenemos miedo.

Mantener y velar por la memoria colectiva es el primer síntoma de resistencia.

Y todo esto ¿de qué nos suena?

Para más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_doctrina_del_shock


Papá Vader