miércoles, 21 de octubre de 2015

sábado, 10 de octubre de 2015

¿Responsabiliqué?




Responsabilidad, he dicho responsabilidad.



Es bien sabido Por mucha gente que la palabra “responsabilidad” no está dentro del diccionario de mucha gente, en especial de las que exigen a los demás.



Pero vamos a ver que es realmente la responsabilidad.



Si se que esto puede ser tedioso, en especial para los que no saben lo que es ni quieren ponerlo en practica nunca, y aunque será raro que esta tipología de gente pueda estar leyendo este artículo, lo pondré… porque soy Papá Vader. Y Chimpum.



Según el diccionario de la lengua castellana de la Real Academia Española, responsabilidad es:



- Dicho de una persona: De posibles y digna de crédito.

- Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible error en cosa o asunto determinado.

- Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.



Lo traduciremos para los que les cuesta entender las definiciones del diccionario, que aunque parezca mentira, hay muchas más de las que nos podemos imaginar (aunque no quieran esas personas reconocerlo).



Es la capacidad de toda persona para reconocer y aceptar las consecuencias de un posible error en cosa o asunto determinado que ha hecho o dicho libremente.



Ahora se entiende, ¿no?



¿Qué sigue sin entenderse?



A ver como lo explicaremos de forma más imple para que la comprensión lectora llegue a nuestras entendederas:



Es el ser persona.



A ver. Una persona tiene la facultad de poder equivocarse, de cometer errores. No somos máquinas. Pero por consideración al resto de personas, debemos asumir lo que hemos hecho o dicho que haya perjudicado a otro. Y las mentiras o bulos, es algo sobre lo que nos tendríamos que responsabilizar si o si.



No actuar de esta forma nos convierte en sociópata, como poco. Por si alguien confunde este simple concepto, un sociópata es un antisocial, por mucho que se esfuerce en intentar aparentar lo contrario. La sonrisa forzada perenne y la hipocresía, son síntomas claros del sociópata.



A ver... veo que hoy el entender estos conceptos le cuesta a la gente. El sociópata no es el que mantiene la alegría de la fiesta.  El sociópata, también conocida como persona con trastorno de personalidad antisocial (pero es muy largo), es una enfermedad, si enfermedad, que tienen ciertas (demasiadas)personas que pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes, los derechos individuales, las faltas de respeto, la falta de humildad,...



Haremos un alto y seguiré explicando que es un sociópata, ya que es sabido que a veces nos cuesta mucho buscar, incluso por internet, las definiciones de los temas en general.



La persona sociópata normalmente se muestran encantadores, ya que son excelentes mentirosos, y no dejan ver sus pensamientos ni emociones. Un sociópata, tiene una alta autoestima y se piensa a sí mismo como alguien grandioso, por encima del resto y no tiene ninguna reserva en pasar por encima de los demás, sin sentir responsabilidad por sus acciones (anda! Mira por donde ya ha salido la palabreja “responsabilidad”).


Los sociópatas saben muy bien obtener lo qué quieren, mintiendo y manipulando. Además, suelen correr riesgos, ser irresponsables e impulsivos.



Ahora vamos a suponer que no somos antisociales (sociópatas) pero no nos gusta la responsabilidad.



Ser irresponsable es una señal de inmadurez ya que éticamente son las personas adultas (o con "responsabilidades") las que toman decisiones  sobre las acciones que realizan, aplicando una gran dosis de interés. Todo lo que (¿mucha?) gente no desea ser: ADULTO y hacer lo corresponde en el momento indicado.



Desde mi humilde opinión de Papá Vader, la responsabilidad empieza en el momento que das tu palabra de lo que vas a hacer, comprometiéndote y reconociendo ese esfuerzo que vas a realizar. Y si no lo haces, sabes que estará en entredicho tu palabra y tu credibilidad. La palabra, ese don tan preciado y muchas veces desvalorizado. Al dar esa palabra, a otra persona o a ti mismo, en un auto de fe propio y conciso (marcarte las metas a conseguir, por ejemplo), se convierte en un compromiso, en una RESPONSABILIDAD.



Todo el que rehúsa la responsabilidad de sus actos, tanto de verbo como de acción, es una gran suerte, francamente (uff! Como me cuesta hablar de este tema en modo sarcástico…), ya que tener cerca a un irresponsable cerca es ser afortunado,¡¡Que suerte, siempre sabrás que hagan lo que hagan, ellos nunca tendrán la culpa!! Para mi es un misterio que siempre encuentran al chivo espiatorio de turno, para hacer creer a los demás que ha sido el chivo espiatorio el irresponsable lo ha hecho o está haciendo (Mmmm… ¿no es esta una de las características del sociópata?).



Tener responsabilidad conlleva no sólo un gran peso, el de ser adulto, sino que también el de aceptar las consecuencias del error (o no error) cometido, para bien o para mal.



Con lo fácil, bonito y divertido que es reconocer los errores y responsabilizarse de lo que se hace!!!! Personalmente me encanta hacerlo, ya que si pillas a un sociópata delante, en el momento de responsabilizarte de lo que has hecho, la cara de pulpo perdido en el garaje que pondrá este, no se puede pagar ni con la MasterCard.



Fuentes de la información: