miércoles, 21 de noviembre de 2012

Falseando la información para poder protestar.



Hoy leo en una revista de barrio de Barcelona, “La Veu de Sarrià”, la opinión de un columnista, en la que pone de manifiesto su descontento por la actuación del ayuntament de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, de las últimas dos décadas.

Este columnista opina que se ha gastado dinero público en cosas que no encuentra él demasiado útil. Por una parte se refiere a  unos marcadores sonoros para ciegos, como indicativo de parada de autobus, que él no ve lógico ponerlas por su “baja” calidad, sin cuestionarse si el problema es realmente su mantenimiento lo deficiente. También se queja de unos centros de acogida turística, que después que hace años se construyeron y ahora están cerrados, por lo que cuestiona si el dinero utilizado para ello fue de una forma correcta; tampoco se cuestiona que el mantenimiento de estos locales cuesta un dinero a la Generalitat, por lo que creo que sería más correcto preguntar a donde va destinado ese dinero que a criticar que se haya gastado para hacer los centros. O simplemente indicarle a este caballero que en época de crisis, muchos servicios se eliminan y es mejor tener cerrados locales recién acabados, que mantenerlos abiertos; todo es cuestión de costes y presupuestos. Esto ya sin cuestionar si este servicio debería o no ofrecerse actualmente.

Pero lo peor de todo es que opina sobre un tema cultural. Y es tan “grave” este tema que escribe, que ya demuestra su falta de conocimiento cultural, más cuando indica que ha realizado un “treball de Camp” (trabajo de campo), para hablar del tema.

Esta opinión sobre el tema cultural, hace referencia al Mercado del Borne (Mercat del Born en catalán), que antaño fue un mercado municipal de Barcelona, una joya del modernismo catalán. Situado en el barrio de la Ribera (casco antiguo de Barcelona) su arquitectura, su ubicación y sus entorno, lo han convertido en un punto de interés turístico. El edificio fue construido en 1876 basándose en un proyecto de Josep Fontserè i Mestre. Es un ejemplo de arquitectura del hierro, dentro del movimiento modernista catalán, y ampliamente hablado y estudiado por los actuales arquitectos y estudiantes de arquitectura.  Fue el mercado del barrio hasta 1920. Después, se convirtió en mercado de frutas y verduras mayorista hasta que se inauguró el mercado central de Barcelona, Mercabarna, en 1971. Durante los años 80’s, y tras una leve restauración, el espacio se habilita para la realización de exposiciones, certámenes culturales y otras actividades. Durante casi toda la década siguiente, sin embargo, permanece cerrado, en espera de una decisión sobre su futuro uso. En febrero del 2002, mientras se realizaban unas obras para instalar en el edificio la nueva ubicación de la Biblioteca Provincial de Barcelona, aparecieron restos arqueológicos de la época moderna, en un estado de conservación excelente que corresponden a la evolución urbanística del Barrio de la Ribera desde el siglo XIV hasta que fue destruido en el año 1714 después de la Guerra de Sucesión Española, para la creación de la Ciudadela Militar, para la vigilancia de Barcelona.

En este artículo se resalta la poca trascendencia que le da el columnista a la importancia histórica que realmente tiene estos hallazgos arqueológicos, empezando por llamarlos “piedrecitas románicas”, que creo que se referirá a "romanas", ya que es ciudad fundada por estos, ya que la arquitectura románica es entre los siglos X y XII -principalmente-, cuando la realidad es que son los vestigios hallados en perfecto estado de la época moderna (1450 – 1790, o siglos XV a XVIII), por lo que de “románicas”, no tiene ‘na de na’!

Pero el articulista va más allá, ya que considera “desinformar” que lo que se pretendía ubicar en este edificio era una biblioteca para el barrio, “tan necesaria para esta zona de la ciudad” y su indignación es porque ya no se hará esta biblioteca. Lo lamentable de este “trabajo de campo” es que la biblioteca del barrio existe, ¡y tres más en el distrito!, siendo uno de los distritos de la ciudad con más bibliotecas en Barcelona, ¡ahí es ‘na’! Y como bien he dicho anteriormente, realmente debería ser la NUEVA ubicación de la Biblioteca Provincial de Barcelona, que curiosamente, hoy por hoy también está en este mismo distrito. Y además él mismo informa que esta nueva ubicación de la Biblioteca provincial se realizará en las inmediaciones, en otro edificio emblemático de la ciudad, la Estación de Francia, pero con visos de ser en un futuro cercano, cuando esté deje de hacer la función actual, la de estación de tren ya casi en desuso.

Es muy lamentable que haya gente que teniendo los recursos adecuados, tenga que tergiversar las noticias para poder hacer creer que está hablando de algo realmente importante.

Protestar o quejarse de algo que no es cierto, aunque pueda tener algo de fondo, no me parece ni ético ni serio. Ya tenemos suficiente con gente que se queja de todo, para que además aparezca gente que se queje por cosas no reales, por una falta clara de información.

Pero desgraciadamente, cada vez nos encontramos más con estas cosas; uno oye hablar de un tema, cree saber de  lo que están hablando, sin antes haber hecho un trabajo de investigación mínimo (los ‘milciencias’ no existen, no, que no nos engañen…) y dan su versión con su gran sabiduría y “desinforma” a otros; estos, sin informase tampoco, ya que se creen a pies juntillas lo que les dice el milciencias, comenta su versión, incrementando esta desinformación con su toque personal, por lo que el siguiente que recibe esta desinformación hace lo mismo, y así hasta la ‘n’ vez… y si alguien se informa por el camino de la realidad y lo hace saber a todos los implicados en este proceso, encima es denominado de prepotente, de querer pelea en el tema, de querer destacar sobre todo el mundo, de mentiroso…, vamos de todo menos bonito, y le acusan de ser el que ha iniciado el pastizal (la culpa es muy fea y nadie quiere bailar con ella). Y en el marco de la actual coyuntura de la revolución en las comunicaciones, esta “desinformación” puede estar en boca de miles de personas en cuestión de horas y convertirse en un bulo inmenso con visos de ser difícil su “descredibilidad”.

Seamos un poco serios y coherentes con nosotros mismos, antes de querer hacer creer a la gente que somos más de lo que realmente somos, que después la caída será muy dura y sonora, muy sonora. Informémonos bien de las cosas, consultemos a varias fuentes, escuchemos todas las versiones que intervienen en el caso, seamos serios con nuestra credibilidad, ya que es bueno para nuestra salud.

Este es un ejemplo claro de lo que puden llegar a hacer los "desinformadores", por no hacer bien el trabajo cuando se decide escribir: el informarnos.  Pero todos conocemos cientos de casos similares o idénticos, desde el que desinforma sin mala intención, porque cree que lo que le han dicho es cierto, hasta el que desinforma para su beneficio personal. Y todos conocemos a gente que hace o ha hecho esto en más de una ocasión: desinformar. E Internet es una herramienta potente útil e inútil, que nos beneficia y nos perjudica. Debemos de estar vigilantes, que de estas los medios sociales de información, tanto telemáticas como analógicas, está repleto en nuestros días (Aaay!... el automedallismo, ¡Cuánto daño hace!).

Saludos.
Papa Vader