Últimamente me encuentro con auténticos obsesionados de “monotemas”,
bien sea de un estilismo, de un juego, de un grupo musical o de los
chiripitiflauticos.
Estos obsesionados se dedican a “exigir” a todo con el que
se cruza en su camino a que dejen todo y se dediquen exclusivamente a lo mismo…
Pero comentemos los obsesionados por el juego… no por los
juegos de azar que reportan/pierden dinero, sino a los denominados lúdicos... aunque también es de los que te hacen perder mucho dinero, si estás obsesionado. Tamién es extrapolable a todos los demás campos.
Como decía, estos obsesionados por un único juego, se
dedican a “exigir” a todo con el que se cruza en su camino a que dejen todo y
se dediquen exclusivamente a jugar a este mismo juego. “Quita, quita que los Currumediles
no tiene ni punto de comparación como jugar a Debomemos. No juegues más a
Currumediles, tío. Yo jugaba antes a Varampitosos y, desde que juego a
Debomemos, no tengo que preocuparme por nada. Todo lo que tienes de
Currumediles lo tiras y te compras el reglamento y todas las expansiones de
Debomemos. Ahora somos pocos, tres o cuatro, pero en cuanto podamos ser veinte
o treinta, ya verás cómo nos lo vamos a pasar, siempre jugando a este jugo, sin
necesidad de aprendernos 200 reglamentos diferentes…”. Y aquí da igual si
estamos hablando de un juego de Rol, juego social o Wargame; da igual, siempre
es lo mismo.
Cuando tenía cerca de 14 años, solía jugar a Monopoly, un
juego social por excelencia. Tenía a un par de amigos que constantemente
jugaban a lo mismo y les reventaba que, aunque ellos jugaban horas y horas
todos los días, yo jugando sólo los sábados, siempre les ganaba (no recuerdo ni
una partida que no les ganara, francamente). No entendían porque compraba una calle y después
se la vendía o cambia por otra cosa en la fase de subasta… no lo entendían, por
lo que entre risas, me vendías las estaciones y otras que ellos consideraban no
sustanciales… Pero bueno, la cuestión es que al final convencieron a más compañeros para
poder jugar… bueno para poder ganar, ya que al poco de encontrar a dos que
siempre perdían, dejaron de jugar a Monopoly conmigo y no querían jugar a
nada más ni conmigo ni con otros que no fueran los 2 "perdedores". A los 16 años empecé a juga a wargamers y Rol, ya que los juegos de
sociedad como el Monopoly o como los 1000 kilómetros, empezaban a parecerme
terriblemente sencillos y ligeramente aburridos (aunque hoy, si puedo, juego a
ellos, faltaría más! Son simples y de poco pensar, incluso a una buena partida de paschis no le hago ni un feo!!! jejejeje). De estos dos
amigos del principio, lo único que sé es que estuvieron un par de años más
jugando exclusivamente a Monopoly. Es más sé que fueron al campeonato regional
de Cataluña… pero nunca más he sabido de ellos; ni la clasificación que
obtuvieron.
Los obsesionados por un juego en concreto, se compran inicialmente lo
necesario para jugar a ello y a partir de ese momento, juegan y juegan y juegan…
siempre que pueden, todos los días si es preciso. El fin de semana se convierte
desde el viernes por la tarde hasta el domingo por la noche, en un único día de
partida tras partida. Obsesionados en ganar, ganar, ganar, tanto que
constantemente están comprando miniaturas para poder tener el ejército perfecto
imposible de que les ganen. Y cuando aun así lo consiguen, siguen comprando más
miniaturas, ya que no desean que aparezca un nuevo jugador con un ejército
mejor que el suyo. Comprar, comprar, comprar. Si sale un manual nuevo, no
espera a que alguien se lo preste para ver como es, simplemente lo compra a los
5 minutos de haber salido a la venta, para ver si puede comprar algo más
troncho para poder eliminar a todos los posibles contrincantes más fuertes,
comprar, comprar, comprar…
Personalmente suelo jugar en mi tiempo libre a lo que me
apetece en ese momento, o a lo que pueden estar dispuestos a jugar otros
amigos y a mi me guste; que bien puede ser un wargame de la 2ª Guerra Mundial, bien una de Medieval,
bien una partida de Rol de Ci-Fi, bien puede ser una partida de Munchkin, bien… lo que se tercie y me apetezca, como simplemente pasar de
jugar y ponerme a pintar miniaturas, leer un buen libro de historia o de aventuras,
ver una película de acción o un clásico, pasear con mi mujer y/o mis hijas, o
simplemente estirarme en la cama a no hacer nada (Mmmm... No, esto no es cierto, no "pierdo" mi tiempo libre durmiendo, no). En eso consiste el Tiempo
Libre, en relajarte.
Relajarte… Este tipo de individuos, llegan a
estar tan obsesionados por el juego, que no se relajan nunca. Es más, si
alguien no le sigue la corriente y le dicen que el juego que él ha elegido no
es el mejor del mundo, pillan unos enfados monumentales, faltando el respeto e
insultando al que está delante que, con cara de acabar de tomarse una seta alucinógena,
no sabe ni lo que pasa ni el porqué de la transformación de La Masa Roja que
tiene delante de él (roja por el color de la cara de ira/rabia del obsesionado,
claro está).
Aquí vuelvo a entrar en valoraciones
personales. No sé el resto de la gente (los obsesionados, evidentemente que no),
pero yo realizo actividades lúdicas en mi tiempo libre para poder desconectar
durante un rato de los problemas agobiantes que todos tenemos en el quehacer
diario (un jefe que no nos deja ni a sol ni asombra, el empleado que no hace lo
que le digo ni ordenándoselo, el compañero que gasta su pobre
tiempo en hablar mal del resto de compañeros, el cliente que se dedica a tocar
los bemoles porque el color de los Cuchidriles es algo más claro que el que compró hace dos años, el proveedor que no cumple con lo pactado en el contrato y nos entrega lo que le sale de los pelusillos,…). Por eso mismo no llego a entender esa obsesión por querer que
todo bicho viviente juegue a su juego y si no, pilla unos rebotes y cabreos del
quince.
¿Dan puntos o premios por “adeptos” captados? Esa es la
sensación que dan este tipo de gente, que consigan puntos extras en sus
partidas por nuevos jugadores “embaucados” (“hoy tengo mi ejército de 1000
puntos, pero como esta semana he conseguido 4 adeptos, a 35 puntos el adepto,
son 140 puntos extras para mi ejército“). No creo que esto sea como el
concurso del “un, dos, tres, responda otra vez”.
Y aquí es meterme en camisa de once varas, pero este tipo de
comportamiento obsesivo lo comparo casi como una forma sintomática de
ludopatía. Eso de constantemente comprar, gastar, para poder ganar, ganar… más
teniendo en cuenta que los wargames y otros juegos lúdicos y de sociedad tienen
un alto componente de azar, por el simple hecho de tener que solventar las
situaciones a base de tiradas de dados.
Y esto me llena de gran pena, y lo siento enormemente por
estas personas, más cuando le intentas explicar lo que están haciendo y encima
te atacan, te insultan, te faltan el respeto… Y al final sólo me queda poder
decirles: “Tío, que sólo quería ayudarte. ¡Anda y que te den!”.
Fin de la amistad. Y encima te tratan de mal amigo,
traicionero y otras cosas peores ("eres el que ha destruido el juego en España"), ya que no juegas a su juego.
Sólo decir a esta gente, aunque sé que estarán diciendo “yo
no soy así ni nunca lo seré”, que tiene remedio esta enfermedad.
Papá Vader.