jueves, 7 de junio de 2012

La obsesión por un juego



Últimamente me encuentro con auténticos obsesionados de “monotemas”, bien sea de un estilismo, de un juego, de un grupo musical o de los chiripitiflauticos.

Estos obsesionados se dedican a “exigir” a todo con el que se cruza en su camino a que dejen todo y se dediquen exclusivamente a lo mismo…

Pero comentemos los obsesionados por el juego… no por los juegos de azar que reportan/pierden dinero, sino a los denominados lúdicos... aunque también es de los que te hacen perder mucho dinero, si estás obsesionado. Tamién es extrapolable a todos los demás campos.

Como decía, estos obsesionados por un único juego, se dedican a “exigir” a todo con el que se cruza en su camino a que dejen todo y se dediquen exclusivamente a jugar a este mismo juego. “Quita, quita que los Currumediles no tiene ni punto de comparación como jugar a Debomemos. No juegues más a Currumediles, tío. Yo jugaba antes a Varampitosos y, desde que juego a Debomemos, no tengo que preocuparme por nada. Todo lo que tienes de Currumediles lo tiras y te compras el reglamento y todas las expansiones de Debomemos. Ahora somos pocos, tres o cuatro, pero en cuanto podamos ser veinte o treinta, ya verás cómo nos lo vamos a pasar, siempre jugando a este jugo, sin necesidad de aprendernos 200 reglamentos diferentes…”. Y aquí da igual si estamos hablando de un juego de Rol, juego social o Wargame; da igual, siempre es lo mismo.

Cuando tenía cerca de 14 años, solía jugar a Monopoly, un juego social por excelencia. Tenía a un par de amigos que constantemente jugaban a lo mismo y les reventaba que, aunque ellos jugaban horas y horas todos los días, yo jugando sólo los sábados, siempre les ganaba (no recuerdo ni una partida que no les ganara, francamente). No entendían porque compraba una calle y después se la vendía o cambia por otra cosa en la fase de subasta… no lo entendían, por lo que entre risas, me vendías las estaciones y otras que ellos consideraban no sustanciales… Pero bueno, la cuestión es que al final convencieron a más compañeros para poder jugar… bueno para poder ganar, ya que al poco de encontrar a dos que siempre perdían, dejaron de jugar a Monopoly conmigo y no querían jugar a nada más ni conmigo ni con otros que no fueran los 2 "perdedores". A los 16 años empecé a juga a wargamers y Rol, ya que los juegos de sociedad como el Monopoly o como los 1000 kilómetros, empezaban a parecerme terriblemente sencillos y ligeramente aburridos (aunque hoy, si puedo, juego a ellos, faltaría más! Son simples y de poco pensar, incluso a una buena partida de paschis no le hago ni un feo!!! jejejeje). De estos dos amigos del principio, lo único que sé es que estuvieron un par de años más jugando exclusivamente a Monopoly. Es más sé que fueron al campeonato regional de Cataluña… pero nunca más he sabido de ellos; ni la clasificación que obtuvieron.

Los obsesionados por un juego en concreto, se compran inicialmente lo necesario para jugar a ello y a partir de ese momento, juegan y juegan y juegan… siempre que pueden, todos los días si es preciso. El fin de semana se convierte desde el viernes por la tarde hasta el domingo por la noche, en un único día de partida tras partida. Obsesionados en ganar, ganar, ganar, tanto que constantemente están comprando miniaturas para poder tener el ejército perfecto imposible de que les ganen. Y cuando aun así lo consiguen, siguen comprando más miniaturas, ya que no desean que aparezca un nuevo jugador con un ejército mejor que el suyo. Comprar, comprar, comprar. Si sale un manual nuevo, no espera a que alguien se lo preste para ver como es, simplemente lo compra a los 5 minutos de haber salido a la venta, para ver si puede comprar algo más troncho para poder eliminar a todos los posibles contrincantes más fuertes, comprar, comprar, comprar…

Personalmente suelo jugar en mi tiempo libre a lo que me apetece en ese momento, o a lo que pueden estar dispuestos a jugar otros amigos y a mi me guste; que bien puede ser un wargame de la 2ª Guerra Mundial, bien una de Medieval, bien una partida de Rol de Ci-Fi, bien puede ser una partida de Munchkin, bien… lo que se tercie y me apetezca, como simplemente pasar de jugar y ponerme a pintar miniaturas, leer un buen libro de historia o de aventuras, ver una película de acción o un clásico, pasear con mi mujer y/o mis hijas, o simplemente estirarme en la cama a no hacer nada (Mmmm... No, esto no es cierto, no "pierdo" mi tiempo libre durmiendo, no). En eso consiste el Tiempo Libre, en relajarte.

Relajarte… Este tipo de individuos, llegan a estar tan obsesionados por el juego, que no se relajan nunca. Es más, si alguien no le sigue la corriente y le dicen que el juego que él ha elegido no es el mejor del mundo, pillan unos enfados monumentales, faltando el respeto e insultando al que está delante que, con cara de acabar de tomarse una seta alucinógena, no sabe ni lo que pasa ni el porqué de la transformación de La Masa Roja que tiene delante de él (roja por el color de la cara de ira/rabia del obsesionado, claro está).

Aquí vuelvo a entrar en valoraciones personales. No sé el resto de la gente (los obsesionados, evidentemente que no), pero yo realizo actividades lúdicas en mi tiempo libre para poder desconectar durante un rato de los problemas agobiantes que todos tenemos en el quehacer diario (un jefe que no nos deja ni a sol ni asombra, el empleado que no hace lo que le digo ni ordenándoselo, el compañero que gasta su pobre tiempo en hablar mal del resto de compañeros, el cliente que se dedica a tocar los bemoles porque el color de los Cuchidriles es algo más claro que el que compró hace dos años, el proveedor que no cumple con lo pactado en el contrato y nos entrega lo que le sale de los pelusillos,…). Por eso mismo no llego a entender esa obsesión por querer que todo bicho viviente juegue a su juego y si no, pilla unos rebotes y cabreos del quince.

¿Dan puntos o premios por “adeptos” captados? Esa es la sensación que dan este tipo de gente, que consigan puntos extras en sus partidas por nuevos jugadores “embaucados” (“hoy tengo mi ejército de 1000 puntos, pero como esta semana he conseguido 4 adeptos, a 35 puntos el adepto, son 140 puntos extras para mi ejército“). No creo que esto sea como el concurso del “un, dos, tres, responda otra vez”.

Y aquí es meterme en camisa de once varas, pero este tipo de comportamiento obsesivo lo comparo casi como una forma sintomática de ludopatía. Eso de constantemente comprar, gastar, para poder ganar, ganar… más teniendo en cuenta que los wargames y otros juegos lúdicos y de sociedad tienen un alto componente de azar, por el simple hecho de tener que solventar las situaciones a base de tiradas de dados.

Y esto me llena de gran pena, y lo siento enormemente por estas personas, más cuando le intentas explicar lo que están haciendo y encima te atacan, te insultan, te faltan el respeto… Y al final sólo me queda poder decirles: “Tío, que sólo quería ayudarte. ¡Anda y que te den!”.

Fin de la amistad. Y encima te tratan de mal amigo, traicionero y otras cosas peores ("eres el que ha destruido el juego en España"), ya que no juegas a su juego.

Sólo decir a esta gente, aunque sé que estarán diciendo “yo no soy así ni nunca lo seré”, que tiene remedio esta enfermedad.

Papá Vader.