En la pasada Convención Steampunk celebrada en Barcelona, en
noviembre del 2011, se realizó la ya anunciada desde hacía meses “mesa clandestina
sobre el estado del Steampunk en España”. Al final se presentaron unas 15
personas, más o menos, de diferentes puntos de la geografía española (Galicia,
Baleares, Asturias, Cataluña, Madrid,…).
En esta mesa estuvieron sentados los pocos que realmente quisieron
saber cómo está el Steampunk en España, sea por un motivo o por otro
(indistintamente) y los que querían saber cómo poder ayudar al movimiento para
potenciarlo y tirar adelante con él. No hace falta nombrarlos, no hace falta
decir quiénes eran, no hace falta poner medallas a todos los presentes, ya que
no es una condición indispensable estar en la mesa para darse a conocer, sino
poner de su parte después, cada uno en su zona, cada uno a su manera, cada uno con
el trabajo, el sudor y el esfuerzo, no para darse a conocer a sí mismos, sino
sólo al movimiento. En ella se abordaron temas de cómo está el panorama a nivel
de grupos y asociaciones, las tendencias culturales, de estética e ideología que
está empujando desde otros países y como afecta en España.
Lo primero en lo que todos, absolutamente todos los
presentes estuvieron de acuerdo, por encima de otros temas y por tener
diferentes formas de ver otros temas, es en la falta de apoyo entre los
diferentes grupos de retrofuturismos en España, en la irracionalidad, no sólo
de no apoyarse entre ellos o de poner impedimentos, así como en la obsesión de
separase y crear pequeños grupos aislados e independientes, por el simple hecho
de tener formas de vista diferentes de la visión del Steampunk en España (y
sólo diferentes, no radicales). La tendencia de vender humo, ofrecer cosas y no
cumplirlas, así como decir ser los mejores y desprestigiar al resto de
Steampunk que no pertenecen a su grupo. Esta práctica estuvo mal visto por
todos los presentes, ya que deja en mal lugar a todo el Steampunk español. Todos
y no hubo excepción, estuvieron de acuerdo de que esto es bastante absurdo y se
debería poner todos de nuestra parte para que no sólo no sucediese, sino de
conseguir unir a los grupos que en la actualidad están disgregados y no tienen
demasiado contacto entre ellos.
Es más, hubo incluso gente que anunciaron escribir artículos
en sus blogs, de temática Steampunk, para iniciar este trabajo de unión,
escribiendo artículos al respecto… Y de alguno de los presentes que así se comprometieron, incluso con más fuerza que otros, yo
todavía no lo he visto, después de 6 meses (promesas, promesas, promesas...).
Se habló de que existen diferentes comunidades de Steampunk,
normalmente minoritarias, que no quieren ir en la misma dirección que el resto
de comunidades, que el resto del mundo Steampunk, no sólo de España. Pero lo
que todos los presentes también encontraron ridículo es que estos grupos
minoritarios se enfadan por que el resto de comunidades, las mayoritarias, no
van en su misma dirección. Y yo me atrevo a decir que también se enfadan por no
pensar ni decir lo mismo que ellos.
En esta “mesa clandestina” anunciada a los cuatro vientos
muchos meses antes, se comentó que el Steampunk no sólo es la estética, los
cachivaches, las goggles. No, lo que estuvo muy claro es que hay mucho más. En resumen
lo que todo el mundo quedó de acuerdo es que Steampunk es cultura. Y no
Subcultura, sino CULTURA con mayúsculas. El Steampunk no es un recreacionismo
de como fue la época victoriana, no es una forma de vestir idéntica a esa época,
ni una forma de pensar, ni una forma de hacer. Lo que está claro es que el
Steampunk es un que pudo haber sido si…, un romper con la sociedad de esa
época, un protestar por el encorsetamiento de la forma de pensar y de hacer de
una época, un época en la que, en parte, se sigue añorando, en especial por sus
concepciones, porque fue la época de los descubrimientos, la época de las
innovaciones, la época de los grandes inventos. Todo lo que no sea
protestatario, lo punk del movimiento, no es Steampunk. Todos estuvimos de
acuerdo que alguien simplemente vestido de época, rigurosamente vestido de
época, no es Steampunk. No por llevar tres engranajes cosidos en
la ropa ya se es Steampunk, no, eso no. Todos, y sin excepción, estuvimos de
acuerdo que la parte cultural, la parte filosófica del movimiento es la que
hace al Steampunker, no su atuendo. Tenemos a reconocidos Steampunkers
españoles que no se han vestido nunca ni con un mal traje de principios del
siglo XX. Todos los presentes estuvieron de acuerdo que alguien sólo vestido de
época podría tratarse de un recreacionista o de un cosplayer. Hoy en Europa (Inglaterra,
Alemania, Francia, Rusia,…) y E.U.A. están el quehacer expansionista de
enseñar y presentar la cultura Steampunk a la sociedad. El momento, la época de
cosplay terminó. Es más, cantantes con sus videoclips que han hecho más daño
que beneficio, son los que han ayudado a dar una imagen de “moda urbana” y
hacer que ciertos miembros de otras subculturas se añadan a esta o,
simplemente, que nuevos “frikis” (o mejor dicho, que se autoconsideran frikis)
creen que este es el “espacio” que buscaban (y a lo mejor sí que lo es, también
es cierto). Ahora es el momento de empezar a mostrar la cultura, el arte, la
filosofía. Para el cosplayer, ya tenemos a los aficionados al manga. Para vestirse,
no cosplayarse, de forma acorde con la cultura, la filosofía y el movimiento Steampunk,
también es el momento. Cada cosa para cada cosa. No es necesario mezclar peras
con hamburguesas, por el simple hecho de decir que todo es comida.
La mayoría de los presentes estuvieron de acuerdo en que en
ese momento, en el momento de sentarse en la mesa clandestina, que la tendencia
actual de la estética está sobre la ideología, pero que deberían poner de su
parte para cambiarlo, siguiendo el ejemplo de otros países. No todos estaban de
acuerdo con ello, no estaban todos de acuerdo en que la estética mandaba sobre
la ideología. Aunque en lo que si estaban todos de acuerdo es en moverse para paliar esto.
Pues en eso están la mayoría de los que estuvieron presentes
en la mesa. Otros no sólo no cumplen sus promesas, sino que hacen lo posible
para que los acuerdos llegados de buena fe y con ilusión no lleguen a buen término.
Afortunadamente somos más los que estubimos presentes que estamos por la labor, que los que estubieron y
no lo están.
Así que ya sabemos los que estamos en el movimiento para arrimar el hombro y dar a conocer culturalmente el Steampunk en España, y los que sólo están para darse a conocer ellos.
Así que ya sabemos los que estamos en el movimiento para arrimar el hombro y dar a conocer culturalmente el Steampunk en España, y los que sólo están para darse a conocer ellos.
Saludos.
Papá Vader.