Hace ya un tiempo, por
Facebook colgaron esta fábula china, que hacía algunos años ya había leído, y había medio olvidado su existencia.
Me hace gracia que en estos
tiempos tan turbulentos dentro de los movimientos y asociacionismos, como cada
ciclo de un lustro suele pasar, alguien haya colgado este cuento, dándose cuenta o no de lo
que realmente quiere decir.
Pero sin mayores preámbulos,
pasemos aponer la fábula.
“Un hombre estaba poniendo flores en la tumba
de su esposa, cuando vio a un hombre chino poniendo un plato con arroz en la
tumba vecina. El hombre se dirigió al chino y le preguntó:
-"Disculpe señor, ¿de verdad cree
usted que el difunto vendrá a comer el arroz?…
–"Sí", responde el
chino, “cuando el suyo venga a oler sus flores…”
Moraleja: Respetar las opiniones del otro,
es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son
diferentes, por lo tanto actúan diferente y piensan diferente.
No juzgues…solamente comprende…, y si no lo
puedes comprender…, RESPÉTALO.”
Al leer
con detenimiento este escrito, y ver las respuestas que se dan en interner, y
en especial en Facebook, me he dado cuenta que hay gente que no tiene ni la más
remota idea de lo que está diciendo este cuento, por lo que intentaré
explicarlo, para una mayor comprensión.
Si cualquiera
piensa que el hacer las cosas de una forma determinada, es obligación de todo
el mundo hacerlo de la misma manera, puede darse el caso que otra persona, buscando
el mismo objetivo, lo haga de diferente forma.
Si esta
forma la encuentras totalmente absurda, mejor plantéate si lo que estás tú
haciendo es realmente también absurdo.
En
el
relato anterior el segundo personaje se presenta a ofrendar a sus
difuntos con
un bol de arroz acabado de hacer, por lo que el primero, que piensa que
ofrecer un ramo de flores recién cortado es lo correcto, ve lo
absurdo del segundo personaje. Pero este, le hace ver que ofrecer flores
a un
difunto, que ni las puede ver ni las puede oler, es igual de absurdo.
Con ello
quiero decir que todo aquel que opina una cosa determinada y no acepta que
otros opinen de otra forma diferente, ya que pueden considerar que su opinión
es la correcta y la de los demás en la incorrecta, muy
posiblemente no se da cuenta que esa postura sea también incorrecta (o más todavía, no se sabe
nunca).
Y es por
ello que la última frase, la mejor y más cavilada de todo el cuento dice: “No juzgues…solamente comprende…, y si no lo
puedes comprender…, RESPÉTALO”
Tener
opiniones diferentes es algo de lo más normal del mundo; sería sumamente
aburrido que todos opináramos exactamente lo mismo (aunque posiblemente
evitaría muchos problemas políticos jejejeje). No es necesario estar de acuerdo
en todo, sino entender que el otro está viendo las cosas de forma diferente a
la nuestra.
Una cosa
es discrepar y tener opiniones diferentes y otra muy distinta es juzgar las
creencias u opiniones del otro.
Y mi
querido lector, dejemos en paz al personaje de la ofrenda de arroz, que por el hecho de juzgarlo, lo que estamos
haciendo es el ridículo más espantoso.
Y
recordad:
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